Los problemas dentales están presentes en cuatro de cada cinco gatos con más de tres años de vida. La higiene oral de estos «peludos» compañeros es una cuenta pendiente para miles de dueños que, pese a las advertencias de su veterinario de confianza, ignoran o subestiman estos consejos higiene para gatos. Como resultado, el animal corre el riesgo de desarrollar periodontitis a los pocos años y enfermedades cardíacas a largo plazo.
Una dentadura en mal estado afecta no a la «sonrisa» felina, sino a su bienestar y normalidad: la pérdida de apetito, la salivación excesiva o el mal aliento son solo la punta del iceberg. A medida que el sarro y la placa dental avanzan, se produce la pérdida de piezas dentales, con el perjuicio que supone para la masticación del alimento y los procesos digestivos.
Con el cepillado y otros hábitos de higiene diaria, se previene la acumulación de restos orgánicos, responsables de la placa bacteriana y esta, a su vez, de sarro en la cavidad oral del gato. Sin una limpieza adecuada, estos desperdicios darían lugar a irritaciones en las encías y a un amplio espectro de dolencias periodontales (pulpitis, gingivitis, estomatitis, etcétera), que son fuente de dolor y de molestias para la mascota.
En su etapa adulta, la cronificación de las infecciones dentales propicia que las bacterias pasen al torrente sanguíneo y desencadenen patologías en el riñón o el corazón. En particular, la propagación de bacterias nocivas a través de la sangre está detrás de una parte de los casos de arritmia cardíaca y otras cardiopatías.
Además del cepillado en casa y las limpiezas de boca en el veterinario, es recomendable que el gato disponga de una dieta adaptada, sin los excesos de carbohidratos y azúcares que aumentan la probabilidad de caries. Como suplemento, los snacks y juguetes dentales han demostrado ser una ayuda inestimable.