¿Pecas, lunares, melanomas? Estas manchas en la piel pertenecen a un grupo de alteraciones dermatológicas conocidas como lesiones pigmentadas. Su diagnóstico no siempre es sencillo, y dada la naturaleza maligna de una parte de ellas, motiva un gran número de consultas al especialista dermatologia medica Vigo.
Las lesiones pigmentadas se distinguen a simple vista por su color, visiblemente distinto al resto de la piel. La mayor parte de estas manchas son inofensivas y no requieren tratamiento médico, pero algunas de ellas (p. ej., el carcinoma) con motivo de preocupación.
Probablemente, el tipo de lesión pigmentada más común es la efélide, coloquialmente llamada peca. Estas máculas de color marrón o rojizo proliferan en la cara, hombros, pecho y otras áreas expuestas al sol. Las personas de tez clara y pelo rubio o pelirrojo son más proclives a desarrollar estas manchas, de origen genético, cuyo número e intensidad se acentúa con el paso de los años.
Como las pecas, los nevus melanocíticos o lunares son inocuos para la salud humana. Se trata de un tipo de tumor benigno que presenta un aspecto redondo, pequeño y marrón. Un alto porcentaje de estas manchas aparecen durante la primera infancia y la adolescencia.
Las manchas o léntigos solares, por su parte, ofrecen un tono más oscuro y se forman por el deterioro de la piel expuesta a la radiación del sol. Como los anteriores, no entraña riesgo para la salud.
No ocurre así con el melanoma, un tipo de cáncer cutáneo cuya prevalencia se dispara a partir de los cuarenta años. Son manchas irregulares producidas por un crecimiento descontrolado de los melanocitos. El éxito de su tratamiento depende de la precocidad con que se diagnostique y empiece a abordarse médicamente.
Otra lesión pigmentada que esconde un tumor maligno es el carcinoma basocelular, fácil de identificar para los expertos en dermatología por ser el tipo de cáncer más extendido.