¿Eres de esas personas que piensan que la decoración de interiores solo es cosa de grandes mansiones, famosos o nobleza? Nada más lejos de la realidad, la decoración de interiores es para ti y para cualquiera que quiera que su casa mejore en imagen pero también resulte más práctica. Y es que cuando se contrata a un experto en decoracion de interiores en vigo este non va a mirar solo la imagen, sino también la forma en la que la familia vive y cómo quitar el mejor partido a cada hueco de la vivienda.
Un buen decorador tendrá una conversación con los clientes antes de comenzar su trabajo. Estos le contarán qué es lo que esperan de la casa y, en el caso de que ya vivan en la misma y vayan a reformarla, cuáles son las cosas que les gusta y cuáles las que echan de menos. También comentarán cuáles son sus gustos respecto a la decoración a no ser que hayan optado por contratar a un profesional con un estilo personal y marcado. En este caso, los clientes ya acuden buscando exactamente eso que él ofrece y no tiene lógica pedirle algo que sea opuesto a su modo de trabajar.
Un punto importante a tratar es el presupuesto. El cliente debe de manejar un presupuesto realista para llevar a cabo el cambio en su hogar. En algunos casos, el decorador le hará un presupuesto con un proyecto integral y, en el caso de que supere lo que el cliente quiere gastarse, se puede optar por algún recorte o por renunciar a una parte del proyecto. No obstante, es importante pensar que un proyecto de decoración de interiores siempre luce más cuando es integral y abarca toda la vivienda que cuando se limita a unos espacios de la misma ya que al final podría parecer que una parte de la casa no encaja con la otra.
Una vez que se ha acordado todo lo que se va a hacer con el decorador, hay dos maneras de trabajar. Los decoradores más artísticos pedirán que el cliente confíe en ellos y que le dejen hacer su trabajo sin tener que consultar cada cosa que se compra o se cambia. Otros, por el contrario, realizan un trabajo conjunto con el cliente, que va a participar en todas las decisiones que se tomen dando el visto bueno a cada movimiento.