Bañar a los gatos, ¿realmente es preciso?

Si siempre has sido persona de perros y ahora te has decidido por un gato, seguro que te surgen dudas. En muchos aspectos perros y gatos son parecidos, pero también presentan diferencias. No solo por el hecho de que tu perro salga de casa y necesites un seguro perros adeslas para que puedas pasearlo con tranquilidad, algo que no precisas con tu gato, sino también en cosas tan cotidianas como el baño. Realmente ¿es necesario bañar a un gato o no?. Y la respuesta no es de esas que pueden darse con un sí o con un no.

Vamos a empezar diciendo que los gatos adultos y sanos, por lo general, no hay que bañarlos. De hecho, muchos no van a dejar que lo hagas y pueden arañarte o morderte si lo intentas. Otros, por el contrario, pueden adorar su baño y el agua, así que siempre tienes la opción de intentarlo y ver cómo reaccionan. Pero si el gato es adulto y sano, no hay necesidad de bañarlo ya que ellos se asean muy bien solos. ¿Hay alguna excepción? Por supuesto, si el gato por la razón que sea se ha manchado mucho y es con algo que no convenga que se lo lama y lo ingiera. Pero a veces, con pasarles una toalla húmeda es suficiente.

Los gatos mayores ya pueden presentar problemas de salud que haga que sea conveniente, si no bañarlos, al menos sí asearlos. Algunos gatos dejan de limpiarse porque se encuentran mal y en estos casos hay que ir al veterinario para averiguar cuál es el problema de salud. Mientras no se recupere, hay que asearlos y una forma muy adecuada de hacerlo, si el gato no es amigo del agua, es mojando una gasa y, bien escurrida, pasársela suavemente por el pelo, parándose especialmente en orejas, morro y ojos. 

Los gatos bebé también pueden necesitar de un baño. No de recién nacidos, pero sí, por ejemplo, cuando son adoptados. Pese a que no es conveniente bañar a gatitos muy pequeños, cuando llegan cubiertos de pulgas, garrapatas o suciedad, es mucho mejor el baño que dejarlos como están. Lo mejor, con unos guantes que protejan, especialmente si el animal se revuelve, y con mucha paciencia y cariño. Los peques suelen ser los más trastos y a veces acaban llenos de todo tipo de porquerías porque se meten bajo un mueble al que no llega mopa alguna, pero ellos sí. O porque aún tienen parásitos en la tripa y sufren diarreas. Algunos, incluso se duermen encima de la comida. Asearlos y bañarlos cuando están así suele ser la mejor solución.