No es ningún secreto que los repuestos agrícolas en Ribadumia son casi tan buscados como la buena cosecha. Y es que, ¿a quién no se le ha encogido el corazón al escuchar ese ruido sospechoso en el tractor justo antes de la siembra? Si eres de los que piensan que la máquina agrícola es casi un miembro más de la familia, seguro que entiendes la importancia de echarle un ojo —y luego una mano— al mantenimiento, antes de que la cosechadora decida tomarse unas vacaciones por sí sola en pleno agosto.
La mayoría hemos comprobado alguna vez que el campo no espera a nadie. Las lluvias no consultan el pronóstico, el sol aprieta cuando menos lo necesitas y la máquina… bueno, ella hace lo que puede, siempre y cuando le vayamos cambiando aquello que ya no da para más. Si uno quiere asegurarse de que todo el engranaje funcione como un reloj suizo —o al menos como una buena navaja multiusos gallega— hay que invertir en piezas de recambio que estén a la altura. Aquí hay quien piensa que cambiar un filtro es como dedicarle un poema a la mula: un gesto infravalorado, pero absolutamente imprescindible si quieres que te duren.
La tentación de “estirarlo un poco más” siempre está ahí. Dejarlo para la próxima temporada, confiar en el manitas de la cuadrilla que asegura que “eso aguanta”. Lo cierto es que, al igual que no te irías al marisqueo sin botas ni a la feria sin feria, tampoco puedes confiarlo todo a la suerte cuando hablamos de la salud de tus herramientas de trabajo. En este mundillo, un retén en mal estado puede tumbarte la campaña como quien derriba una fila de fichas de dominó. Y hay maneras más entretenidas de perder una tarde que desmontando media sembradora en busca de un ruido que, cuando lo encuentras, necesitas una lupa y una oración para identificar la culpa.
Si alguien pensaba que la tecnología había llegado para hacernos la vida más fácil, seguro que nunca se ha topado con una rotura hidráulica a las cinco de la tarde, con el sol todavía dando guerra y las prisas apretando. Por eso no es mala idea conocer a tu proveedor de confianza casi tan bien como a tus vecinos. Más de uno en la comarca podría contar historias dignas de sobremesa después de una paella, sólo hablando de cómo consiguió uno u otro recambio con la rapidez de un rayo. En estos lares, ir sobre seguro es valorar el tiempo, la energía y, sobre todo, el rendimiento.
Porque, vamos a ser claros: el agricultor moderno no es solo quien ara y cosecha, sino el que gestiona, planifica y se anticipa. El que tiene siempre a mano el teléfono del taller y una estantería decente en el cobertizo, porque sabe que el tiempo que pasa buscando un bulón perdido es tiempo que podría dedicar a mejores cosas. Algunos incluso han dado el paso digital, rastreando ofertas por internet buscando aquello que, más que un simple repuesto, es la póliza de seguro para la próxima jornada. Y cuando por fin llega ese paquete tan esperado, bien envuelto, hasta da gusto abrirlo, aunque solo sea un pasador o una correa.
Mientras tanto, las historias de recambios, engranajes y piezas salvadoras seguirán formando parte del menú diario del agricultor de Ribadumia. Aquí, en la tierra donde se cuida cada viña como si fuera la última, entender el valor de una buena pieza de recambio es casi una cuestión de herencia. Y sí, la maquinaria puede ser moderna, robusta y potente, pero si descuidas esos pequeños detalles, hasta el mejor tractor termina convertido en un decorado de jardín bastante caro. Que nunca te falte la herramienta adecuada, ni la oportunidad de reírte de esas pequeñas desgracias que, al final, saben menos amargas cuando te pillan bien preparado y con los repuestos correctos a mano.