Vino español, un producto con setenta denominaciones de origen

Con más de setenta sellos de calidad del vino, España es uno de los mercados más atractivos para el consumidor de esta bebida alcohólica. Sobresalen por su calidad y singularidad la denominación de origen rías baixas, La Rioja, Ribera del Duero y Valdepeñas, entre otras.

Esta certificación, abreviada como D.O., subraya la procedencia de los caldos producidos en una zona geográfica concreta. Su objetivo es proporcionar una información clave al consumidor y evitar una competencia desleal que pueda mermar a los maestros viticultores. Esta etiqueta garantiza el cumplimiento de estándares como el tipo de uva o el proceso de maceración y fermentación del vino.

No existen fórmulas que permitan determinar qué D.O. supera a otras en calidad, pues en la degustación del vino intervienen criterios objetivos y subjetivos. No obstante, las Rías Baixas poseen una de las denominaciones más apreciadas, atendiendo a sus cifras de venta y al prestigio de sus caldos dentro y fuera de nuestras fronteras.

Las bodegas situadas en las Rías Baixas, del litoral gallego, se han especializado en la producción del albariño, un blanco de sabor intenso y color dorado que se nutre de las particularidades del clima atlántico que rodea a sus viñedos.

Por su parte, la D.O. Ribera del Duero localiza la mayoría de sus bodegas y viñedos en Castilla y León. Sus vinos son generalmente tintos con una alta concentración de taninos y fruta. La variedad de uva utilizada es el tempranillo o tinta del país.

La Rioja es otra D.O. que no necesita carta de presentación. Las botellas con esta etiqueta figuran entre las más demandadas dentro y fuera del territorio nacional. Se caracterizan por ser vinos frescos, aromáticos y con un gran buqué.

Otra de las denominaciones más apreciadas es la de Valdepeñas, en Ciudad Real. Sus viñedos producen blancos, rosados y tintos jóvenes, fermentados en barrica de doble.